El joven saharaui Lafkir
Kaziza vive hoy el cuarto día de huelga de hambre indefinida en Madrid
*Foto: - E. M.
El saharaui Lafkir Kaziza, como
cualquier otra persona a sus 22 años, debería estar en la universidad
preparándose para cumplir sus proyectos. Sin embargo, él ya ha conocido la
represión, la cárcel y la tortura. Hoy, este joven se enfrenta a su cuarto día
en huelga de hambre indefinida frente a la embajada de Marruecos de Madrid. Su
objetivo es claro: "No voy a comer hasta que liberen a los presos políticos
saharauis detenidos tras el desmantelamiento de Gdeim Izik", declara.
Kaziza, perseguido por el
régimen marroquí debido a su activismo por la independencia del Sáhara, aún
pendiente de descolonización, se encuentra en España, donde ha pedido asilo político.
El joven no tiene intención de parar terminar la huelga. "Cuando veas las
verdaderas torturas que hay en las cárceles marroquíes, entenderás de donde
saco la fuerza", alega.
"Estamos contigo, somos
hermanos y todos estamos reprimidos", le dijo un marroquí
En estos cuatro días de
privación de alimento, muchos se han acercado a mostrar su apoyo a Kaziza. Algunos
vecinos han ofrecido incluso su casa para que pase a ducharse y asearse cuando
lo necesite. También algunos marroquíes han acudido a solidarizarse con el
saharaui, hacerle compañía, y llevar cualquier cosa que Kaziza pudiera
necesitar: "Estamos contigo, somos hermanos y todos estamos reprimidos",
le animó ayer un taxista marroquí que aparcó su vehículo para saludar al joven.
"En Marruecos son cuatro ricos los que gobiernan todo, así que los
ciudadanos marroquíes también necesitamos la independencia", agregó, antes
de ofrecerse a ayudarlo en todo lo que necesitara.
La odisea de Lafkir Kaziza
La policía le golpeó hasta
inutilizarle el hombro y le encarceló sin juicio y bajo torturas
Kaziza fue uno de los primeros
en caer en manos de las fuerzas del régimen marroquí durante el
desmantelamiento a sangre y fuego de Gdeim Izik, el campamento "de la
dignidad", que los saharauis montaron en 2010 para reivindicar mejoras en
sus condiciones de vida, así como el derecho reconocido por la ONU a la
autodeterminación de su pueblo. La policía le golpeó repetidamente con la
culata de sus fusiles hasta que le destrozaron el hombro, que aún hoy tiene
inutilizado.
Tras pasar meses de cárcel sin
juicio previo, donde fue torturado, Kaziza volvió a ser detenido tras otra
acción pacífica: el joven bajó la bandera marroquí de su instituto y alzó la
saharaui, amparado por la oscuridad de la noche. Enfrentado a la persecución
constante, algunos colectivos de apoyo al pueblo saharaui en España se fijaron
en el caso de Kaziza y le ayudaron a venir para contar su caso. Un día después
de su llegada, la policía marroquí detuvo a su madre y advirtió a sus
familiares de que, en el caso de volver Kaziza, éste sería encarcelado o
desaparecido.
El 'Colectivo de apoyo a
Lafkir Kaziza' ha hecho un llamamiento para que todo aquel que quiera se
acerque a la embajada a apoyar al saharaui. Además, están tratando de difundir
su caso mediante las redes sociales, como en Facebook, en Twitter y mediante un
blog.
No hay comentarios:
Publicar un comentario