Ayer por la tarde, Weja
Chicampo, coordinador general del MAIB (Movimiento de Autodeterminación de la
Isla de Bioko), visitó al joven saharaui Lafkir Kaziza para mostrarle su
solidaridad y la del pueblo bubi. Cuando Chicampo llegó al improvisado
“campamento” instalado frente a la embajada de Marruecos en Madrid, donde
Kaziza permanece desde hace trece días, éste no se encontraba en el lugar. Uno de los saharauis que le acompaña por las
noches le comentó al líder bubí que “Kaziza está aseándose un poco en casa de
una vecina de la zona, pero le llamo ahora mismo”.
Tras la llamada al móvil, el
saharaui comentó: “Le ha dado mucha alegría saber que un guineano, opositor
a Obiang, viene a visitarle. Me ha dicho
que ahora mismo sale de la casa”. Y, en efecto, a los pocos minutos llegaba
Lafkir Kaziza en silla de ruedas y acompañado por un grupo de activistas
españoles y saharauis. Le encontramos cansado, débil, pero con la moral muy
alta.
“Vengo de casa de una española,
que vive aquí al lado, hija de un realizador de TVE que estuvo en el Sáhara
cuando el territorio era administrado por España. Ella me ha ofrecido su casa para que pueda asearme y demás. Es muy
buena gente…”, le explica al opositor guineano.
Kaziza no habla bien español, pero
Sidi, un paisano suyo, se ofreció encantado a servir de traductor.
Weja Chicampo le mostró su
solidaridad y la de su pueblo, a la vez que le animó en su huelga de hambre
indefinida. El joven saharaui se mostró muy emocionado por sus palabras. Le
comentó que habían estado con él un grupo de artistas españoles, y que mañana -por
hoy- se acercarían parlamentarios de la Comunidad de Madrid y del Congreso de
los Diputados.
Con la ayuda del improvisado
traductor, saharaui y guineano, intercambiaron sus experiencias de torturas y carcelarias,
uno en El Aaiún y el otro en Malabo.
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